La lluvia cae en mis pestañas y se convierte en lágrimas heladas, porque mis párpados están bajo cero y las congelan. La noche es blanda como un castillo hinchable que está poco inflado y me apetece divagar, coger estrellas y comérmelas mientras imagino que son cucarachas. No me gustan las cucarachas, por eso me gusta comer estrellas pensando que son cucarachas, porque sé que no lo són, que son algo mucho mejor. Mis dedos están arrugados, pero no sé si es por el baño o por el ambiente hiperosmótico que me envuelve y me va dejando como una pasa. Los lunes son terribles y los polvorones se acaban antes de diciembre y ya no hay vuelta atrás. Me gusta caminar descalza por el campo y pillar el tétanos mientras mis pies lloran en rojo y dan de beber a las plantas. No sé si me entiendes, ya sabes, pero eso está bien.
2 comentarios:
Me gusta mucho el texto, está genial ;) y perdón por borrar el otro xD
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