Una niebla glaseada y gaseada que me asfixia poco a poco, con su olor mortecino, dulzón, afilado. No triste. Triste es una palabra demasiado fácil, demasiado vaga, carente de significado agudo. Ojos punzantes que se juntan con mis pensamientos paranoicos, como de manía persecutoria. Me miran. Me miran y sonríen. No importa el lugar ni el tiempo, siempre están ahí. Algo me marca, algo vergonzoso y repugnante que yo no soy capaz de ver, ni por tanto, de cambiar, algo que me señala. Me miran. He visto cómo me miran. Todos y cada uno de ellos, a la vez. Me giro y ríen. ¿Qué es más fácil? ¿Aniquilar a todo el mundo o darme cuenta de que soy yo la que no encaja, la que debe irse?
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2 comentarios:
Qué genial eres, jajaja. Aquí te dejo mi sinestesia, por cierto, preciosa foto :)
Un besote absolutegirl.
Lo más fácil es mirar a los ojos de los que te miran, con la seguridad que te da sentirte mejor que todos ellos. Y así, aguantar la mirada hasta que su sonrisa se torne en estúpida mueca y acaben agachando la cabeza.
Ellos. No tú.
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